
Antes de empezar con ninguna práctica
tenemos que concocer un aspecto fundamental para el buen desarrollo
de la misma, la postura adecuada para ella. Dependiendo de la técnica
se puede realizar sentado en una silla, sentado sobre un
banquito,arrodillado en el suelo, sentado sobre las piernas o
recostado. Independientemente de la postura utilizada hay que tener
claras unas premisas fundamentales para todas las posturas:
- La postura tiene que ser cómoda para no tener molestias durante la práctica. Si se tienen problemas de movilidad,dolor crónico por la realización de algún movimiento o restricciones hay que adaptarla hasta que se pueda realizar el ejercicio sin problemas.
- La postura tiene que facilitar el estado de alerta pero a la vez tiene que ser relajada ( hay que evitar que sea un relajamiento en exceso o que induzca al sueño).
- Si durante las práctica necesita moverse continuamente debe realizarlo lo más suave y atento posible integrándo sus movimientos como parte del ejercicio.
Con la intención de ir clarificando
cada una de las posturas vamos a ir explicándolas
relacionándolas con las diferentes técnicas que se utilizan para la práctica de mindfulness. En la siguiente
entrada hablaremos sobre la respiración, una de
las prácticas fundamentales y esenciales de dicha filosofía.
¡NOS VEMOS PRONTO!
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