El miedo a la oscuridad es algo
a lo que casi todos los niños se han tenido que enfrentar de un modo
u otro. Pero en ocasiones, hay niños que sufren especialmente terror
a quedarse solos en una habitación a oscuras. Intentando calmarles,
los papás y mamás suelen echarse junto a ellos y quedarse dormidos
en las pequeñas camas el resto de la noche.

Si es el caso de tu hijo o hija,
atención a las pautas que nuestra psicóloga te da para un manejo
adecuado.
Aquí van unas pequeñas pautas
para abordar el miedo a la oscuridad:
LUZ
Sabemos que para poder conciliar
el sueño el nivel de luminosidad del ambiente debe de ser adecuado
para ello. Como el niño es reticente a quedarse solo con la
oscuridad, podemos jugar con elementos externos como una lamparita
infantil de luz tenue, estrellas fluorescentes en el techo o incluso
dejar la puerta de la habitación entornada. Es recomendable ir
retirando este tipo de ayudas muy poco a poco hasta su completa
eliminación. Dotar al niño de una linterna puede ser muy útil.
RUIDO
El nivel de ruido de una casa
por la noche suele disminuir en cuanto al día, pero nunca
completamente. Son estos pequeños “ruidos cotidianos” como el
ronquido de papá, el movimiento de trastos en la cocina, un motor de
coche... los que calman al niño. Los ruidos fuertes e inesperados
volverán a activarle e impedirán dormir. Una canción o nana
cantada con voz suave y en voz baja ayuda al niño a que cierre los
ojos.
LA RUTINA PARA ACOSTARSE
Esta rutina de la que vamos a
hablar ahora también es recomendable para una buena higiene del
sueño en el adulto (hablaremos en otra entrada del sueño adulto) y
el hecho de seguirla ayuda a que el niño la aprenda igualmente.
Conviene que el niño adquiera una pauta del sueño igual en todos
los días ya que esto proporciona seguridad y a largo plazo hábitos
de sueño saludables. ¿A qué nos referimos con una rutina? Lo ideal
es que realicen el proceso de “irse a dormir” siempre en el mismo
orden y a una misma hora aproximada. Por ejemplo: baño, cena,
lavarse los dientes, ponerse el pijama, 15 minutos de televisión, ya
en la cama 10 minutos de leer un cuento. Esta práctica rutinaria
persigue relajar al niño, por ello, antes de acostarse se
desaconsejan juegos movidos y excitantes, así como bebidas con gas o
que contengan cafeína.
CUENTOS Y JUEGOS
A la hora del cuento, es
importante que tengamos en cuenta el tono de voz en el que contamos
la historia. Es verdad que en el momento de máxima emoción (por
ejemplo, cuando Spiderman atrapa al villano) solemos aumentar nuestro
tono de voz y pegamos un bote de emoción junto al niño. Recordemos
que el objetivo es que la activación del niño sea baja y propicia
para que le entre el sueño, de modo que, a pesar de llegar momentos
emocionantes del cuento, deberemos mantener un tono tranquilo.
Si preferimos juegos, podemos
hacer cosquillas de manera suave en los brazos, la espalda, la
cabeza... o juegos relajantes en la imaginación (“imagina que
estás en la piscina con papá...”) e incluso jugar a las sombras
chinescas con una linterna. Estas cosas las dejamos a la imaginación
de cada uno.
LLEGA EL MOMENTO DE IRNOS...
Parece que en cuanto hacemos un
pequeño movimiento para irnos, todo lo conseguido anteriormente no
ha servido para nada porque ya están suplicando que nos quedemos a
su lado. Es importante mantenerse firmes y serenos, porque si no, ya
saben que la noche acabará de la misma manera que antes. Puede hacer
una retirada progresiva: sentándose una noche en su cama; otra noche
en una silla; otra noche junto a la puerta... No olvidemos encender
la lamparita o la guía de luz (aunque nuestros hijos no se olvidarán
de recordárnoslo).
Normalmente,
esta etapa desaparece con el paso del tiempo y con estas pautas que
os hemos dado. Sin embargo, un pequeño porcentaje de niños sigue
manteniendo este miedo y según la afectación en su día a día (no
descansa y no rinde en clase, irritabilidad, evita ir a su habitación
incluso para jugar, etc.) necesita una pequeña ayuda de un
profesional.
Si
crees que este es el caso de tu hijo o hija, llámanos y consulta tu
situación con nuestra Psicóloga Infantil.
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